Me fascina encontrar un cuadro mágico en la realidad. Siempre hay un ángulo desde el que se abre una posibilidad para que los sentidos den el brinco, como cuando cierro los ojos y la mano de la mujer a la que amo toca mi cabeza; entonces un hoyo negro se abre en el espacio y succiona todo el estrés, los rencores, la ansiedad y el resentimiento.. para cuando vuelvo a tocar tierra, parecería que he perdido peso, porque camino más ligero. O como cuando me describe tarros derramando miel, hipos, lobos, aves y otras formas en el cielo del cuarto.
O como cuando el silencio es tanto en las calles que me parecería que el sonido del mundo está en off.
O..
Anteayer vi cómo la realidad fue más sutil y mágica que un photoshopeado.
Valga recalcar que la imagen no tiene ninguna edición, salvo la que lleva a cabo el sensor de la cámara, donde se perdió mucha de la magia.
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