martes, 25 de agosto de 2009

Bustamante, Lampazos y Vallecillo


a. Vallecillo


b. Lampazos



c. Lampazos (presidencia)


d. Bustamante (cañón)

e. bustamante (cañón)




La paz, oh la paz.. Hace tiempo que no me sentía tan bien. Sólo tengo algo qué lamentar. El viernes conocí tres municipios y casi no tomé fotos personales. Corregiré ese error, oh sí que lo corregiré.

A Bustamante llegamos y luego de que nos diera el pase en un cruce, el secretario del ayuntamiento nos recibió en la presidencia y nos contó algo sobre el municipio, entre otras cosas que está pronto a construirse en la localidad un museo. Allí iba en busca de alguna foto o pintura de José E Santos (apodado El Cabezón, según me contó el historiador Héctor Jaime), pero en cambio nos contaron la historia de Bustamante, fundada por tlaxcaltecas en el cañón al que nos dieron libre acceso para fotografiar. Lástima que no lleváramos traje de baño, hubiera estado bien echarnos un chapuzón para quitarnos el calor de la media mañana.
Luego, Lampazos. Cuna de próceres. Llegamos en vísperas de la presentación de la estatua de Vidaurri, la cual tengo entendido no quisieron poner en monterrey por ser considerado un traidor a la patria. En Lampazos de Naranjo, por lo que me contaron algunas personas de la localidad, no lo ven así, sino más bien como a un gran gobernante. Vaya uno a saber cuál es la versión que lo valore en su verdadera dimensión. El caso es que ahí buscaba yo la imagen de Andrea Villarreal y la de Juan Ignacio Ramón. De la primera me traje un retrato de retratos, sin duda que fue una mujer bella. Del segundo un esbozo a lápiz, el cuál la verdad se asemeja más a un bandido de una fotonovela, pero bien me dijo Héctor Jaime: de los personajes de la independencia, será muy difícil conseguir imágenes, debido por supuesto al tiempo en el que se desarrollaron los hechos.
A Vallecillo fui en búsqueda de una imagen del indio carrizo Juan Candelario de la Cruz, a quien se le adjudica el primer levantamiento en armas de los originarios del lugar: indios ayaguas, garzas y carrizos. A este municipio llegamos ya tarde, por lo que apenas y logramos que nos abrieran el pequeño museo de la localidad. Desafortunadamente no encontré lo que buscaba, pero en cambio descubrí a un pueblo que se me antojó mágico. Sobre todo la plaza de la antigua presidencia municipal, era la hora mágica, y a mí no se me ocurrió tirarle una foto, soy un pésimo ser humano. Pero sigue estando ahí y ya iré de nuevo, con el puro afán de fotografiar la belleza olvidada de Vallecillo.




















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