domingo, 3 de junio de 2018

Empatía


“La religión es patrimonio de la conciencia”

No recuerdo dónde leí esto, pero considero que son palabras muy acertadas.

Atendiendo a esa sabiduría, aceptaríamos que las creencias religiosas están más allá de todo razonamiento, que son una pieza de la maquinaria con la que funciona nuestro sentido de la realidad y por lo tanto cabría decir que nadie tiene derecho a meterse con ellas.

Por supuesto, siempre y cuando no atenten contra la integridad del prójimo.

Chance y se pueda decir lo mismo de la ideología política. 

Según Max Weber, un compa que pensó mucho en estas cosas, escribió en “El político y el científico” que “en Alemania, a la inversa de lo que sucede en América del Norte” se tenían “partidos políticos con convicciones, los cuales afirmaban que sus miembros simbolizaban una cierta concepción del mundo”.  Valga a manera de ejemplo.

Resultaría así que, de lado la manera en que los políticos hacen política; nosotros, el electorado, quienes no nos ganamos la vida haciendo política, sentimos simpatía por uno u otro partido de acuerdo a las convicciones que nos dicta nuestra conciencia. (Puede haber muchos razonamientos antes, pero al final yo creo que es una onza de fé la que carga la balanza).

Que unos traigamos una cosa u otra ahí dentro, para mí, humilde fotógrafo, es materia de los más insondables misterios.

Luego. No por ello me da por concluir que razonar entre unos y otros en estas cuestiones no tiene sentido. Yo creo que partiendo de un mutuo respeto a la conciencia del otro, todos podríamos enriquecer nuestro sentido de realidad religiosa, política y un largo etc.

El problema para mí, es no reconocer esa conciencia del prójimo. Y peor, estar convencidos de que sólo la propia es la verdadera o la única que vale y tratar de imponerla. Pienso que de ahí se desprenden todos los desencuentros que puede haber entre unos y otros.  

Lo veo todos los días. Noticias que van desde padres que torturan a sus hijos para castigarlos; hasta hombres que se matan unos a otros para defender vaya a saber qué interés. (Y en cuanto a esto no pienso que sea un acto de falta de empatía alzar las manos cuando se nos arrima el trancazo).

Y luego viene ese malestar en el estómago, y las ganas fatales de concluir que estamos condenados a la miseria mutua de las patadas y los madrazos.

Como bien apunta el meme: ese momento en el que..
Y como bien apunta aquél el otro: pero luego me acuerdo que..

Yo digo que hay que ser genuinamente empáticos, no se ustedes. 

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