jueves, 2 de julio de 2009

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Me estacioné en la calle Arista, frente a la que llamábase ¿o se llama aún? la casona de los tres días. Sabía que la casa en la que viví mis primeros 4 años de vida había sido demolida para dejar paso a un ediicio de oficinas, por ello me asombré al ver que la casa vecina se conserva (de lado los estragos del tiempo) casi igual a la que vi cuando corría y jugaba por aquella calle en aquellos días. Por unos minutos no hice más que recordar. Por fin bajé del carro y fui a cenar a las tortas bernal.















































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